Es cierto que, cuando hablamos de fisioterapia de suelo pélvico, solemos centrarnos en las mujeres más jóvenes, bueno, en realidad hasta ahora nos centrábamos solo en mujeres que están embarazadas o que acaban de dar a luz, cada vez más, nos centramos también en mujeres que son jóvenes, que no han estado embarazadas y que hacen deporte de impacto.
Pero hay un gran grupo de mujeres que también pueden beneficiarse del trabajo de fisioterapia en pelviperineología y a las que habitualmente no prestamos tanta atención, es más, existe la idea errónea extendida de que estas mujeres están poco más que «desahuciadas» de la vida y que lo que no hicieron en su juventud por su salud ya no tiene solución: las mujeres que entran en menospausia.
Bien, vengo a contarte otra cosa, lo primero es que me parece importante recalcar que SIEMPRE, SIEMPRE, SIEMPRE podemos hacer cosas por mejorar nuestra salud y que ese trabajo nunca es en balde.
Debemos ponernos en situación, por un lado entender que ocurre de manera biológica en la menopausia y por otro lado entender la situación social de la mujer madura hoy en día.
Resumiendo la menopausia al mínimo podeos decir que se disminuye la reserva ovárica y dejamos de ovular, a su vez se producen cambios hormonales importantes, destacando la disminución de las conocidas como hormonas femeninas: los estrógenos y la progesterona.
El síntoma más conocido es la pérdida de la menstruación, y quizás lo temidos sofocos, pero hay más. Algunos de los síntomas más habituales son:
- Sofocos
- Aumento de peso.
- Falta de deseo sexual.
- Cambios corporales
- Problemas de sueño.
- Sequedad vaginal.
- Altibajos emocionales.
- Colesterol.
- Cambios óseos.
- Cambio de etapa vital.
- Cambios en el pelo.
- Dolor de cabeza.
- Aumento de riesgo de enfermedad cardiovascular.
- Fatiga.
- Incontinencia urinaria o anal (a gases o heces).
Si prestamos atención a los síntomas, son el resultado de los cambios metabólicos ya que las hormonas son, por excelencia, los mediadores de las funciones del cuerpo.
Hay otros síntomas que, a pesar de no ser competencia de la fisioterapia, pienso que hay que recalcar, y son los relacionados son la salud emocional. Todos los momentos que suponen un cambio de etapa: adolescencia, menarquia (primera menstruación) maternidad (si es que se produce, y tanto si ocurre mediante embarazo, acogida o adopción) nuevas relaciones o fin de estas…son momentos de vulnerabilidad e introspección que pueden ser aprovechados para hacer balance y también para decidir qué hacer con nuestro futuro y la manera en la que cuidamos de nosotras mismas.
Así, además de la necesidad real física de cuidarnos es una buena oportunidad para darnos los cuidados que nos merecemos desde otro punto de vista, desde el amor a nosotras mismas y a nuestro cuerpo.
Y esta puede ser la clave de por qué es el momento de cuidarse, hasta hace pocos años las mujeres no cuidaban la salud de su suelo pélvico y seguramente no responda a una sola razón, hay muchos factores, por un lado, hasta hace poco los profesionales de la salud no le daban importancia además las propias mujeres reclaman atención y orientación para mejorar su salud y calidad de vida. A nivel más social también ocurre que la sexualidad se habla con más libertad, hay parejas que se separan y se crean nuevas parejas en la edad adulta que (como es lógico) quieren disfrutar de su sexualidad (sin dolores de cicatrices pasadas, mejorando la lubricación y calidad de orgasmos…) y también en muchas familias habrá ocurrido que en la juventud no disponían de tiempo o recursos económicos para cuidarse y la madurez suele acompañarse de mayor estabilidad.
En el otro post te explico como, desde la fisioterapia, podemos acompañarte en este camino.